III: El ruido de la nada


 Soy un mar de paradojas:

Un cisne negro deambulante de placeres fugaces nocturnos. 

¿Para qué desnudar el cuerpo a forasteros pasajeros si no puedo desnudar el alma?

De nada sirve la figura danzante de ritmos psicodélicos rodeada por miradas perspicaces si el alba tiene tintes nostálgicos, melancólicos y solitarios.

Es una sinfonía de contradicciones: la euforia de la noche y la soledad de la mañana.

El humo envuelve la atmósfera densa y allí, en medio de los sabores etílicos, busco una conversación ocurrente, inteligente y fascinante.

Pero, solo encuentro el vacío de cuerpos abúlicos que solo quieren satisfacer las ansias primitivas. Es absurdo, porque allí también me encuentro yo.

Es simpático jugar las veces de impostora en el que se finge interés por los seres viandantes.

Luego, sentirse sola es recorrer las calles fumando el humo de la nada mientras se ven las ánimas pasar.

Es preguntarse, en la madrugada, de camino a casa en cajitas amarillas o rojizas. 

Es el desenfreno de las sombras a través de la música que atenúa la paranoia de ser mujer en la ciudad.

¿Cómo aquella psicodelia circense me hace ir con cualquier extraño al que le parezco fascinantemente cautivante?

El ingenio del lenguaje del cuerpo y de la mente hizo de mí una Pandora manipuladora, seductora y elocuente.

Pero Pandora se sorprendió con su propia caja, pues la falta de complicidad le trajo consigo las insulsas caricias del sexo casual.

¡Cuántos conocen las tonalidades y texturas predilectas de la lencería de Pandora, pero qué pocos conocen la intimidad y gracia de su intelecto y alma!

¿Cuántas historias podrían contar sobre mí estas calles en el atardecer, en el anochecer, en el alba y en las mañanas?

¿Qué podrían decir de la euforia, de la melancolía, de la seducción, de la calma y de la angustia de mi performatividad?

No sé qué es más agobiante el ruido de los excesos o la calma de la nada.

Y ahora, quisiera saber qué hace pensar que yo busco el amor en la fugacidad. Yo solo quería deshacer el viejo hechizo de Afrodita.

Bastante ruin es decir amor solo para satisfacer el Eros. Muchos le dicen frialdad a mi franqueza. 

Quizás una vez conocí el amor, mas, ahora la crudeza de la verdad me hizo olvidar qué era. Quizás es solo una quimera.

 Cass de Açaí

"Es encontrar en alguien lo que nunca encontrás"








  

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